El defecto número 1 de Milei

Milei, nos guste o no, es hoy el mayor referente del libertarismo a nivel global.

Y esto significa lo siguiente: sus acciones y declaraciones modelan la percepción que tiene la opinión pública sobre el movimiento.

Hoy quiero hablarte de una actitud en particular que, bajo mi punto de vista, es un lastre para el avance de la libertad.

Sé que esto generará debate. Algunos la ven como una ventaja -y admito que tiene ciertos efectos positivos en el corto plazo-, pero estoy convencido de que, a largo plazo, debilita la causa. Y en este correo te explico por qué.

Me refiero a este tipo de cosas:

“¡ZURDOS HIJOS DE PUTA TIEMBLEN!"

“SOS UNA BURRA.”

“AL ZURDO DE MIERDA NO LE PODÉS DAR NI UN MILÍMETRO.”

Es cierto: desde que asumió la presidencia, estas frases se han vuelto mucho menos frecuentes. Y no por casualidad: él sabe perfectamente que ese tono acaba jugándole en contra.

En su momento, ese estilo muy provocador le sirvió para llamar la atención, desafiar al consenso izquierdista dominante y hacer que muchos se sientan identificados.

Pero hay un problema de fondo. Mejor dicho, varios:

• Fomente la hostilidad, y con ello se cierran puertas al diálogo y al convencimiento de otros. Si el objetivo es ganar terreno en la batalla cultural, eso es un tiro en el pie.

• Polariza sin necesidad. Un líder de verdad no divide a los suyos, todo lo contrario: unifica.

• Degrada el debate y la sociedad. El insulto y los gritos es actuar de forma más primitiva y no es un ejemplo para los demás (rebaja su autoridad). Mantener las formas es superioridad moral e intelectual.

En definitiva, estas actitudes de su pasado (aunque ahora más controladas) ya le han cerrado puertas. Y podrían pesar más de lo que parece en las elecciones del 26 de octubre…

Ahora te lanzo la pregunta:

¿Crees que exagero? ¿Te parece que esto es irrelevante o incluso positivo para el libertarismo u otra causa en general?

Si piensas diferente y puedes argumentarlo, ¡nos encantará leerte!

Nicanor Mayor.