"Esto será el fin del Estado"

Todos los anarquistas -sean del tipo que sean- hemos pensado esto muchas veces:

“¿Cómo derrotar al Estado?”

Las opciones clásicas ya las conocemos:

  • Contraeconomía

  • Reformismo político

  • Revolución violenta

  • Guerra cultural

Todas tienen potencial, sí; pero todas tienen una debilidad: el Estado puede contraatacar. Puede prohibir, infiltrar, censurar, reprimir o comprar.

Lo único a lo que el Estado no puede reaccionar a tiempo es a un cambio tecnológico que descentralice el poder por completo. Un cambio que devuelva a los individuos la capacidad de comunicarse y comerciar sin pedir permiso.

Ese cambio ya existe.
Se llama Bitcoin.

Nadie lo monopoliza: depende de decenas de miles de nodos (ordenadores particulares). Muchos de ellos indetectables.

Nadie lo vigila: al adquirir Bitcoin sin exchange, no hay ningún registro oficial que te vincule a él.

Nadie te lo puede quitar: siempre que seas tú el único que conoce la clave de acceso a tu wallet, ni hacienda, ni la policía, ni nadie puede acceder a ella.

No se puede destruir: aunque quisieran borrarlo del mapa, Bitcoin está vivo en miles de ordenadores, copias de seguridad, redes ocultas, e incluso satélites.

El único arma que le que queda al Estado contra ello es la propaganda:

  • Meter miedo.

  • Inventar “riesgos”.

  • Llamar “delincuentes” a quienes lo usan.

  • Usar sus altavoces pagados con nuestro dinero para desinformar y desacreditar.

Lo que nos toca hacer a nosotros es lo siguiente:

Hablar. Difundir. Enseñar. Compartir.

Bitcoin no se impone, se propone.
Es una herramienta. Un camino hacia la libertad.
Y si suficientes personas lo entienden… el cambio será irreversible.

No hay mayor contrapoder que millones de personas decidiendo ser libres.

Hagámoslo posible.

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