La cagamos (mucho) y tuvimos que ir a un árbitro privado

Made in Ancapia estuvo comprando Bitcoin el otro día. Pero cometimos un error enorme.

Cuando lo compras sin exchange, normalmente buscas compradores y vendedores por internet. Y encontramos uno, en una plataforma muy famosa.

El tío nos pidió transferencia SEPA instantánea a un banco random de Londres.

Vale, nada sospechoso. De hecho, los bitcoin ya nos los había enviado. Lo que, no nos llegan hasta que a él le llegue el dinero. Y en caso de conflicto, tendríamos que usar un juez privado.

Y ya leíste que así fue…

¿que salió mal?

Hicimos la transferencia, pero no la hicimos instantánea.

Le dijimos “done”.

Y se mosqueó, mucho, porque el dinero no le llegaba. Y nos llamó estafadores. Nos pusimos nerviosos, y le enseñamos pruebas de que el dinero fue enviado. Pero no nos creyó (normal). Así que llamó al árbitro.

— Hola, cuénteme la situación — nos dijo en español (nos sorprendió que hablara nuestro idioma).

Así que le contamos todo, tal cual te acabo de contar yo.

— Envíenme un comprobante de transferencia de su banco por favor.

Y eso tratamos de hacer.

Pero no estaba la opción.

— Te prometemos que no nos deja el banco. Podemos videollamarte para enseñártelo? No hace falta que pogas tu cara claro

— No, grábenlo y envíenme un vídeo

— [Vídeo]

— Ya veo, entonces si no es instantánea, cancelen la tranferencia y ya. Y a él se le devuelve el bitcoin.

Aceptamos, porque era verdad. El árbitro ya no podía hacer nada. Y en el trato ponía que debíamos hacerla instantánea, así que le fallamos al tío de Londres y tocaba llamar al Banco para que parase la operación.

Llamamos y tras hablar con 4 bots y 12 NPCs durante 10 minutos, nos dan la gran noticia:

El banco no podía hacer nada desde el telefóno

— Ven en persona, seguro que así se soluciona.

Bueno, lo que era de noche, así que me tocó ir al día siguiente.

Me levanto, voy al gym, me bebo mi batido de proteínas sin azúcares ni edulcorantes y entro en el banco.

Lo que veo: está lleno de pensionistas, madre mía. Pero resisto a la tentación de debatir con ellos y espero a mi turno.

— Hola buenos días

— Buenos días, cuénteme

— Quería cancelar una transferencia internacional por favor

— Vale, me da el DNI por favor.

— No lo tengo, traje el carnet de conducir

— Sin DNI no puedes hacer nada aquí

No puede ser.

Que rabia…

Pensé, que vaya burocracia, eso en Ancapia no pasaría. Tengo el chip anarquista activado siempre.

(por motivos personales no lo podía tener yo el DNI en ese instante)

Nada, me tocó ir por la tarde al banco cuando tenía el DNI.

Tras un buen rato y muchas preguntas (no quería decirle mi misión secreta de comprar bitcoin), me dijo el últimatum:

— Es muy dificil cancelarla, lo mejor es que, cuando le llegue al tío la transferencia, le pidas que te envíe el pedido que le hiciste. Confía en su buena fé.

O sea. Que si el tío es un cabrón, perdimos el dinero, por no haber hecho las cosas bien.

Pasó el tiempo y a Nicanor le llegaron 2 mensajes de dos personas distintas.

Uno era el árbitro preguntando de buena fé si pudimos cancelar la transacción.

El otro era el tío de los bitcoin, diciendo que le llegó nuestro dinero, que nos jodan y que se lo iba a quedar.

Es broma, perdón. Nos dijo que le llegó el dinero, nos pidió la dirección de nuestra wallet y nos envió los bitcoin.

Hubo un final feliz, y llegué a una conclusión muy clara. Bueno a dos:

1. Las personas que usamos bitcoin, somos libertarios en su mayoría, que respeta la vida, la libertad y la propiedad. Gente que cumple su palabra y actúa con virtud, con justicia. Simplemente, no queremos ser pisados.

2. La segunda es que esta historia es buenísima para recomendarte que aprendas de un profesional como lo es Dani de bitANCAP (la primera tienda física anarcocapitalista de Canarias).

O sea que la segunda es que es un buen momento para decirte que aproveches, reserves, y que el te comente como funciona toda esta movida (y verás como te recalca que te tienes que ajustar a su método de pago, cosa que nosotros no hicimos por bobos).