Poner un tuit de Milei es como tirar un chuletón a una fosa de leones hambrientos. Y es divertido.

En el correo de hoy:

No me gustaba la idea de votar…

“Yo no votaría por Milei, no es legítimo”, me decía antes de que ganase las elecciones presidenciales.

Estaba muy convencido, y veía a los libertarios que lo apoyaban como, no sé, ¿hipócritas?

¡¿Cómo vas a apoyar a un político?!

Mi punto de inflexión fue debatir contra otro libertarios sobre el tema, y es que había un dilema presente:

O salía Sergio Massa o salía Javier Milei.

No había otra posible salida. Parece que la decisión estaba entre el cielo y el infierno. Satanás o Jesús. El yin y el yan.

Y seamos 100% honestos, como nos gusta en Made in Ancapia, ¿cuál daba más esperanza a los Argentinos? ¿Cuál pintaba que dejaría un país más libre al final de su mandato? ¿Cuál era más libertario de los dos?

O lo que es lo mismo: → ¿quién es el menos malo?

Eso me quitó el sueño, me ralló mucho señores. Me di cuenta que el no votar puede no servir si te están saqueando hasta el último peso.

Votar no es legítimo, porque participas de la política del Estado, y de hecho, como que lo legitimas de esa manera. Pero si lo haces para evitar que te suban los impuestos, sería una manera de defender tu propiedad manchándote las manos.

Y es que si votando puedes aportar un granito de arena a pasar de un Estado de extrema izquierda a una sociedad de ley privada, ¿por qué no iba a preferir la opción menos mala?

Durante ese periodo dudé mucho, pero acabé concluyendo después de las elecciones, que lo mejor como libertario era votar por Milei.

Aunque muchos digan que es liberal clásico, prefiero mucho más un país liberal que uno socialista. El menos malo.

Por eso creo que me abrí más. Es como un caballo de Troya que cuando menos se den cuenta, tienen a un virus que se come al Estado desde adentro. Veo dos beneficios:

1. Políticas libertarias → En teoría, las aplicaría y todo el mundo vería como son prueba de éxito.

2. Divulgar las ideas → Ser político es un altavoz mediático, nos guste o no. Y puede aprovechar eso para expandir el nombre del anarcocapitalismo.

Por eso creé esta tabla:

Ahora me pongo duro:

Lo fácil como libertario es no apoyar a Milei. Es lo más “coherente”, y lo que menos riesgos tiene a nivel reputacional.

Yo pongo las castañas en el fuego, y OJO

Lo mío no es un apoyo incondicional, veamos el siguiente punto.

Los problemas

Que uno apoye a Milei, no quiere decir que uno le ría todas las gracias.

Y es que hay que ser siempre críticos. No todo lo que hace es bueno, ni coherente, y esas cosas hay que criticarlas.

Cada uno tiene su modo de hacerlo, unos con insultos, otros desde el respeto, otros desde la sátira.

Pero la cosa es, ¿y si en vez de Milei fuese Bastos?

¿Todos tienen la misma probabilidad de éxito?

Obviamente, NO. Las personas son distintas, el cómo deciden y juegan en la política cambiará el resultado, entonces ¿hay que apoyar a todos los candidatos libertarios?

Yo creo que cuidado ahí. Bastos, Milei, Rallo, tienen backgrounds intelectuales longevos, llevan picando la piedra intelectual muchos años. Alguien nuevo, puede simplemente querer aprovecharse de las tendencias ideológicas para salir al poder. Es decir, adaptarse a la demanda política.

Por eso, creo que es bueno considerar que no todos los candidatos libertarios son per sé buenos, aunque probablemente, mucho menos malos que cualquier estatista colectivista socialista.

Pero no hay que dejar de vigilar, porque el poder es peligroso.

La fatal arrogancia

Para terminar, este título de un libro de Hayek.

Y es que ya lo dije en mi artículo sobre mi entrevista con Walter Block.

Podemos estar en desacuerdo en muchas cosas los libertarios (el debate eterno del coeficiente de caja, fronteras abiertas para los moros, sobre votar a políticos).

Pero de ahí, a odiarnos o insultarnos…

¿Estamos locos?

No sé, yo no veo a los comunistas debatiendo en X y echándose odio los unos a los otros. Usan más su tiempo en debatir contra el capitalismo opresor xd.

Está muy bien que debatamos porque nos enriquece intelectualmente, y fortalece nuestras posturas. Yo he cambiado muchas opiniones gracias a debatir contra otros libertarios.

Pero siempre lo hice cuando debatíamos desde el respeto. El odio y arrogancia no llevan a nada, y no me harás cambiar de opinión así, lo único que haces es envenenar más tu ego (y perder el tiempo).

Podemos matarmos a tweets, pero recuerden que el enemigo real no es un post de X, es el que te roba con impuestos e inflación, y que te pide que le des las gracias por eso.

Gracias nunca, anarcocapitalismo siempre.

PD: Comunista el que no comparta la newsletter con sus amigos